sábado, 25 de agosto de 2012

Cómo se hizo la foto de la novia fantasma

Hola querido lector,

hoy voy a hablarte de cómo con pocos medios, y mucha imaginación, se puede lograr un aspecto fantasmagórico.
Tras un tiempo dándole vueltas, y habiéndolo dejado de lado, tuve la oportunidad de poner en práctica una idea que me rondaba de hacía tiempo.
Quienes me conocen saben que tengo debilidad por la estética fantasmagórica, inspirado en el trabajo de Tim Burton, y las más que conocidas celebraciones de Halloween (admito que disfruto mucho con los especiales de Halloween de los Simpsons).
La idea en sí no era compleja en su concepción: la novia fantasma, un espectro de lo que pudo ser pero no fue, y aún lejos de este mundo, no olvida a su gran amor.
Como en todas las sesiones en las que he participado, o he organizado, necesitaba de modelos, y en este caso, con ciertas aptitudes, como un modelo masculino con buen porte vestido de traje, y una modelo de piel clara, para acentuar las ojeras. Además, el atuendo del modelo masculino debía ser de época, inspirado en el siglo XIX, otra de mis debilidades fotográficas.
Por fortuna, he tenido la oportunidad de trabajar con Rumán Sosa y Tara Yazmina en otras ocasiones, y ambos se prestaban a los requisitos que buscaba.
Cuando les planteé la idea (las escenas fueron pensadas y detalladas aunque hubo lugar para improvisar), no sólo la aceptaron, sino mostraron un entusiasmo que superó mis espectactivas: aún recuerdo las fotos de Tara probando el look de novia fantasma, con unas ojeras propias de haber pasado varias noches sin dormir, y una tez pálida. Eso sin contar la tenacidad de Ruymán para buscar su atuendo.
A todo esto hay que añadir la inestimable ayuda y colaboración de Gerardo Fleitas, tanto entre bastidores sujetando estoicamente los flashes, como aportando algunos detalles (le estoy francamente agradecido por compartir su conocimiento sobre películas fantasmagóricas y de terror).
Por supuesto, no faltaron los medios materiales, de los que ya disponía, afortunadamente: cámara, flashes, trípode, etc...
Y digo trípode, porque fue un elemento indispensable para la puesta en práctica de esta sesión con la técnica de la doble exposición, nada nuevo, pero me explico.
Con la llegada de la era digital y las herramientas de retoque fotográfico, es sumamente sencillo realizar fotomontajes, e incluso sin recurrir a estas técnicas, se puede hacer una fotografía de doble exposición: sacamos una foto y superponemos otra, usando trípode para que el encuadre no varíe de una imagen a otra.
Esto se hacía también en la época del carrete, y no me avergüenza decir que no llegué a disfrutarla como lo hago ahora, pero si no me equivoco, y me corregirán los fotógrafos veteranos, se podía hacer sacando dos veces la misma imagen sobre el mismo negativo, o con una larga exposición, tapando el objetivo entre una secuencia y otra.
Como quiera que sea, y tal como dije antes, a día de hoy las herramientas digitales han facilitado muchísimo este trabajo.
En concreto, la técnica que apliqué consistió en sacar dos imágenes: una con los dos novios, y una segunda sin la novia (mi eterno agradecimiento a Tara por soportar el martirio de moverse por el suelo con un traje tan largo y ceñido).
Aquí está la primera imagen:



Exif: f/125, f/5.6, ISO 200.

Iluminación: ventana a 45º a la derecha de Ruymán, para aportar dramatismo con sombras suaves, y un flash desnudo a la izquierda de Tara, para iluminarla completamente sin sombras, realzando el aspecto fantasmal.

Y aquí una segunda imagen sin la novia:


Exif: f/125, f/5.6, ISO 200.
La iluminación es exactamente la misma que en la fotografía anterior, y recalco este aspecto, porque es crucial para realizar luego el fotomontaje: la más mínima variación en iluminación o pose daría al traste con la fusión a posteriori, o supondría un intenso trabajo de post-procesado.
Otra cuestión crucial fue la pose de Ruymán: no se movió un ápice.
¿Por qué crucial? En la imagen anterior, Tara tenía las manos apoyadas sobre Ruymán, y su cuerpo apoyado sobre Ruymán, de modo que un pequeño desplazamiento de Ruymán hubiera estropeado la superposición de Tara (huecos innecesarios, manos que no tienen el punto de apoyo correcto, etc).
Aquí hago hincapié en una cuestión fundamental cuando trabajo con más gente: si bien hay un director de orquesta (normalmente el fotógrafo o el fotógrafo principal si hay varios), el trabajo se hace en equipo, y la opinión y colaboración de todos es importante.
En ocasiones me llegan comentarios de fotógrafos que dirigen absolutamente todos los aspectos de una manera rígida, y modelos que pretenden todas las atenciones, sin pararse a pensar en el resto.
Insisto: es un trabajo en equipo, todos son valiosos, y muchas veces no se cae en la cuenta de que un equipo de trabajo bien motivado, es un equipo de trabajo muy productivo.
Ojo a un dato: es un trabajo en equipo, pero siempre debe haber alguien que coordine, porque entonces pasamos de un sistema participativo al más absoluto caos.
Tras este breve paréntesis, continúo con la explicación
Una vez hechas las fotos, y revelado el raw (hay que aplicar los mismos parámetros a las dos fotos para evitar problemas), las cargo en photoshop (se puede hacer igualmente con gimp) usando dos capas:

Una capa inferior con la imagen donde sale sólo Ruymán:


 y una capa superior con la imagen de Ruymán y Tara:



Aquí es donde viene la magia: aplico una máscara de capa, pintando todo de negro, y luego con el pincel blanco voy pintando a la novia, y esta es la clave (¿recuerdas lo que dije del trípode y la iluminación), porque el escenario, luz, poses, etc eran idénticos en ambas imágenes: al superponer la imagen de la novia, encaja perfectamente en la escena, sin tener que hacer ningún cambio.
Para el aspecto fantasmagórico, usé una opacidad del 39%, aunque este valor es cuestión de prueba y error, hasta dar con el resultado final:



Una vez hecha la superposición, sólo quedó fusionar capas, dar el efecto de época (sepia, marcar sombras, grano, etc... aquí entra el estilo personal de cada cual), para obtener el resultado final:




Para los más curiosos, decir que el revelado y procesado de las fotos llevó 5 minutos aproximadamente.
Normalmente, y digo normalmente porque a veces las condiciones de trabajo no lo permiten, procuro hacer todo el trabajo desde la cámara: ajustar luces, encuadre, repetir la foto si es preciso, etc... hasta dar con el resultado que busco.
Obviamente, hay fotos y fotos: no es lo mismo un primer plano, donde tienes que cuidar los detalles de la piel, que un montaje como este caso, pero si se trabaja bien el negativo, se gana muchísimo tiempo en el procesado.

Respecto a otras imágenes de la serie, sin entrar en detalles porque ya están expuestos (doble exposición, etc), hay algunas donde sale la novia con un aspecto muy fantasmagórico y ligeramente tétrico:



En este caso, la técnica fue ligeramente diferente: usé una velocidad de obturación de unos pocos segundos, de tal modo que Tara dejara una estela, como un borrón, acentuando el aspecto fantasmal.
El resto del procesado (superposición, etc) es el mismo comentado anteriormente.

Lo mismo con la última imagen de la serie:


Igual que el caso anterior, una exposición de pocos segundos permitió un trazo fantasmagórico, y el uso de un flash desnudo sobre Ruymán destacarlo en la escena.

Y no quiero despedirme sin comentar algo que es también muy importante en las sesiones de fotos, y quienes han trabajado conmigo lo saben bien: pasarlo de miedo (nunca mejor dicho) y divertirnos, que no todo es trabajo ;)
Hablando de diversión, no puedo dejar pasar una anécdota la mar de divertida: estas imágenes se tomaron en Vegueta, justo detrás de la Catedral de Santa Ana (la última imagen de la serie se tomó frente a la misma), un lugar recurrente para las fotos de novios en las bodas. Y digo recurrente, porque hicimos la sesión un sábado por la tarde y todas las personas que pasaron felicitaron a los novios, incluso hubo alguien que felicitó a la novia y le dijo que debía ser muy feliz en este día.
Jamás olvidaré la respuesta de Ruymán "pero como va a ser feliz la novia con esa cara".
Sí: nadie se fijaba en las ojeras, sino en el vestido de novia, y el resto del elenco fotográfico, pero aún así, nos desternillamos de la risa, entre felicitaciones y ocurrencias varias (personalmente estuve toda la noche riéndome yo solo).


Servidor es el personaje que está mirando boca arriba :P

Espero que hayas disfrutado con este post, y te resulte útil.
Si te inspira algún trabajo, no dudes en comentarlo, porque es una de las mejores recompensas fotográficamente hablando.

Puedes ver la serie completa en: http://www.flickr.com/photos/cristobolanos_portrait/sets/72157631001953434/

¡Hasta la próxima!